El gigante sueco del mueble, Ikea, está rediseñando su estrategia de experiencia de cliente para llevar más personas a sus tiendas y parece haber encontrado una fórmula en las raves, aquellas fiestas clandestinas nacidas en los años 70 enfocadas en la música electrónica.
En mayo pasado, durante la semana del diseño en Milán daba inicio a esta iniciativa en su exposición, Assembling the Future Together. Según su director creativo, Marcus Engman, esta iniciativa es similar a las alianzas creativas que Ikea realizó en el pasado con empresas como Lego y Adidas.
Aseguró que intentan hacer lo mismo,” imaginando nuevas formas de vender y de conocer a la gente”. Y en este sentido reconoce que existen técnicas en el entretenimiento que no se utilizan en el comercio minorista. Así fue como en la exposición organizaron 2 raves, una de las cuales, fue clausurada por la policía.
¿Qué podemos concluir sobre la última estrategia de Ikea? Además de sorprendernos por su creatividad, en primer lugar, nos muestra que la estrategia de experiencia de cliente es un concepto dinámico, y que debería ser revisada y reformulada cuantas veces haga falta.
En segundo lugar, la importancia de la colaboración con otras marcas y rubros (sobre todo de públicos a los que se pretende alcanzar) compartir el camino con otros facilita y enriquece la experiencia tanto de la empresa como de sus clientes.
Finalmente, perder el miedo a la innovar, tener la mente abierta a nuevas ideas, no desechar ninguna y debatirlas con un equipo multidisciplinario y de diferentes generaciones.
