Líderes: perder el miedo al miedo

Por Elsa Basile - El miedo tiene mala prensa. Los agentes culturales con sus íconos nos han instalado la falsa creencia de que los líderes no sienten miedo. Y si no, miren a los súper héroes, los protagonistas de películas de acción. Crecimos con ellos, y jamás logramos detectar una expresión de miedo en sus caras.

Pensar que la vida es así es tan irreal como perjudicial para la salud de las personas y de los equipos. En primer lugar, porque el miedo es la emoción más arcaica que tiene el ser humano [junto con la ira].  Lamento decepcionar a los románticos: pero sí, ambas preceden al amor. Y desde el comienzo de los tiempos hasta hoy cumple una función adaptativa. Es una cuestión biológica: procesos químicos que ponen el cuerpo en situación de alerta y lo preparan para el ataque o la huida. Después de todo, de carne somos.

Con el paso de la cultura el concepto de miedo se convirtió en un padecimiento de los débiles, Pero ¿pregunten a un general, a un deportista de elite, a un científico si no han sentido miedo al ir hacia un nuevo reto?

¿Ustedes nunca tuvieron miedo, siendo ya adultos? ¡Todos lo tuvimos! Cómo no, si es nuestra parte biológica a la que se la suman las marcas personales.

Y es en ésta última parte donde quiero detenerme. Cada persona reacciona de manera distinta frente al miedo. Unos atacan, otros huyen, otros se paralizan. También, hay miedos y miedos… Pero sepamos que como humanos que somos, jamás dejaremos de tener esta sensación frente a circunstancias que nos hagan sentir en peligro.

Lo importante es qué podemos hacer con esto, y como poder, podemos hacer y mucho. En primer lugar, aceptarlo, ese ya es un gran paso. Mirarlo a la cara, y saber que en las cosas más importantes que emprendamos estará y que tendremos que ir con “miedo” de la mano y hacerlas. Así, nomás.

Este acto siempre deja marcas positivas: el saber que hicimos algo temido y que sorteamos esa dificultad, pero no como héroes, sino como humanos.

Ahora, traslademos el concepto a nuestros equipos de trabajo ¿Cuántas veces un integrante o todos sienten miedo por determinada circunstancia? Ya sea un objetivo laboral, una nueva tarea o una situación que la empresa está atravesando. Muchas y variadas.

Como líderes, lo peor que podemos hacer es obturar esa situación, con un “acá no pasa nada”. Porque sí pasa, pasará y peor. Nada más peligroso que encerrar al miedo. Siempre logra escapar potenciado y nunca sabemos bajo qué formas reaparecerá.

Lo más sano:  aceptar la situación, acompañarlo y  esto no es decirle "no tengas miedo”, esas palabras solo lo refuerzan. El miedo ya lo tiene. En cambio, es transmitir: “entiendo que sentís miedo: ¿lo intentamos?”.

El mero hecho de intentarlo dejará una marca positiva, y si no sale como esperábamos quedará un aprendizaje y el poderoso registro de que a pesar del miedo lo hicimos. Por eso tratemos de empezar a perder el miedo a sentir miedo, amiguémonos con él ya que además tiene mucho para enseñarnos sobre nosotros mismos.