¿Háblame o Hablame? Preferencias lingüísticas del idioma español

¿Háblame o Hablame? Preferencias lingüísticas del idioma español

¿Qué acento de castellano preferimos oír? El departamento de Foreing Languages (Lenguas extranjeras) de la Universidad de Bergen, Noruega, llevó a cabo el Proyecto LIAS por sus siglas en inglés (Linguistic Identity and Attitudes in Spanish – speaking in Latin America), con el propósito de explorar identidad, prejuicios y actitudes lingüísticas de los hablantes de todas las capitales de países hispanohablantes.

El estudio, dirigido por los investigadores Ana Beatriz Chiquito y Miguel Ángel Quesada Pacheco, se realizó durante el período de 2009 a 2012, y constituye la primera investigación que considera a todas las capitales de habla hispana.

En Argentina, las responsables del proyecto fueron Carolina Pinardi y Gabriela Llull, ambas, lingüistas de la Universidad de San Juan. Dialogamos con Carolina Pinardi, quien nos revela los detalles de la investigación y comparte algunas de las preferencias lingüísticas surgidas en el estudio. Carolina subraya que el proyecto buscó conocer el grado de lealtad de los hablantes de cada una de las capitales hacia su propia variedad lingüística, así como también el grado de aceptación de la norma española.

Con relación a la lealtad de los hablantes, comenta: “La valoración de un hablante respecto a una variedad lingüística tiene ver con su actitud hacia ese grupo, no es una valoración meramente lingüística, sino que entran a jugar aspectos culturales y actitudes hacia las personas que utilizan esa variedad”.

Con respecto al análisis del grado de aceptación de la norma española (también medido en el estudio), la lingüista explica que partieron de la hipótesis de que en años anteriores existía una fuerte aceptación de la norma peninsular impuesta por España, la cual, ha ido modificándose con el tiempo provocando una mayor aceptación de la diversidad de las variedades lingüísticas.

Características del estudio

Se realizaron 400 encuestas en cada ciudad capital. La muestra se estratificó por zona, nivel educativo, edad y sexo. “En nuestro caso particular, fue necesario hacer una correlación de factores para poder clasificar la muestra en tres niveles: alto, medio, bajo para poder así comparar estos datos con los de los restantes países. Aunque claramente la situación de Argentina, que tiene una gran clase media a su vez estratificada en: media alta, media – media y media –baja, junto a la gran posibilidad de acceso a la educación, diferenciaba la muestra de Argentina de la de otros países”, explica Carolina Pinardi

La encuesta estaba dividida en las siguientes partes

  1.  Preguntas referidas al nombre del idioma.
  2.  Preguntas referidas al español nacional
  3.  Preguntas referidas al español general
  4.  Preguntas referidas al español de otras naciones.

Primera parte: El nombre del idioma

Pregunta: ¿Cómo denomina a la lengua que habla?

Para esto se preguntó a la encuestada qué denominación le daban a la lengua que hablaban. El 68% de los hablantes de la Ciudad Autónoma le llama castellano, mientras que el 27%, español y el porcentaje restante se reparte entre: lunfardo, porteño y argentino.

Segunda parte: procuraba averiguar la percepción de los hablantes con respecto a la diversidad del idioma en su propio país.

Preferencias dentro del español nacional

 

Gabriela Llull con los Directores del Proyecto: Ana Beatriz Chiquito y Miguel Ángel Quesada Pacheco en la Universidad de Bergen, Noruega.

Una de las cuestiones más salientes es que más de la mitad de los encuestados consideró que en la Ciudad de Buenos Aires se habla de manera diferente al resto del país. Puestas a consideración las variedades de habla del Interior del país, evaluaron como parecidas a su propia variedad la de Santa Fe y la de la provincia de Buenos Aires.

¿Quiénes hablan de manera más diferente? Los cordobeses fueron votados por la mayoría. “En general el habla de Córdoba es una de las más salientes en la identificación de los hablantes”, apunta Pinardi. Los cordobeses también son ganadores frente a la pregunta de cuál es el lugar del país donde más le gusta la manera en la que se habla. “Un tercio de los encuestados elige el habla de Córdoba por razones afectivas. Responden: “porque me gusta el cantito”, “porque son simpáticos”, “porque son graciosos”, señala.

Frente a la pregunta que alude a qué lugar del país no les gusta cómo se habla, la mayoría se resiste a responder dando contestaciones como: “no hay ningún lugar que no me guste”.

Tercera y cuarta parte de la encuesta: buscaba conocer la valoración de los hablantes sobre el español general y el de otros países de habla hispana

Escala de Aceptación de Habla de cada país: me agrada la manera de hablar en…

“Colombia, en general, tiene un muy alto grado de aceptación, el 78% los entrevistados manifestaron apreciaciones muy positivas sobre la manera de hablar de los colombianos. Consideran que es un país donde se habla muy bien. En esta escala, al 18% de la muestra le agrada mucho, el resto (60%) manifestó agrado por la manera de hablar en Colombia”, reflexiona Pinardi.

En el caso de Perú, explica, hay un 10% que dice estar muy de acuerdo y un 49% de acuerdo en cuanto a la percepción positiva del habla peruana. Entre los países con más aceptación se encuentran: Uruguay, Colombia, Venezuela, España y Cuba. Carolina explica que ahí se mezclan cuestiones que tienen que ver con lo afectivo, inclusive con simpatías o antipatías de tipo políticas.

En otra parte de la encuesta se les pidió a los participantes que relacionaran palabras-estímulo con el habla propia de un país. Por ejemplo, cuando se pidió que asociaran un país hispanohablante con la palabra “cariño”, muchos, automáticamente, mencionaron a Venezuela. Este país obtuvo el 18%, mientras que Argentina el 12%. Cuando se les solicitó a los encuestados alguna razón para justificar la elección, surgió el siguiente argumento: porque lo asocian con las telenovelas, explica Pinardi.

¿En qué variedad de español prefiere recibir las noticias?

Más de la mitad, el 53%, prefiere la variedad argentina, por cuestiones de identificación. También hay un alto porcentaje que elige ninguna o que prefiere la variedad neutra (refieren a CNN).

Aceptación de la diversidad

 

Carolina Pinardi con los Directores del Proyecto: Ana Beatriz Chiquito y Miguel Ángel Quesada Pacheco en la Universidad de Bergen, Noruega.

Otra de las preguntas fue si les parecería bien que todos habláramos el mismo español. A esta cuestión la mayoría de los encuestados en Argentina señala que no, y cuando se les pregunta por los motivos expresan que la diversidad lingüística es valiosa y que cada lugar tiene derecho de hablar a su manera porque eso expresa la cultura propia de cada región. Eso se perdería si se unificara la lengua.

Si todos tuviéramos que hablar el mismo español, ¿el de qué país debería ser? La mayoría vuelve a responder ninguno. Sin embargo, Pinardi explica que los grupos más conservadores con respecto al tema lingüístico son las personas mayores y de menor nivel educativo. Mientras que los más jóvenes son abiertos a las nuevas formas del lenguaje.

¿Qué es hablar bien?

Para concluir, le preguntamos a la lingüista si existe una definición sobre qué significa hablar bien. Nos explica que a partir de la década del ´60, corrientes como la Sociolingüística no consideran el hecho lingüístico desde las categorías bien/mal, correcto/incorrecto. “Entonces, lo que nosotros vemos en la encuesta es que existen actitudes lingüísticas que no están fundamentadas en criterios específicamente lingüísticos, se establecen socialmente variedades de prestigio que pueden modificarse”, comenta.

En tal sentido, concluye que una de las hipótesis del estudio fue comprobada: el prestigio monocéntrico de la variedad peninsular (el habla de España), está en un constante movimiento hacia una multiplicidad de normas, que van a depender de la variedad geográfica culta analizada.

Imagen: shutterstock