¿Qué tipo de líder eres frente a los conflictos?

¿Qué tipo de líder eres frente a los conflictos?

Uno de los desafíos de los líderes es colaborar en la resolución de los conflictos, producidos por la complejidad de las relaciones humanas, más todavía si le añadimos el contexto laboral.

Antes de pasar a las tipologías de cómo se comporta cada persona en circunstancias conflictivas [de mi autoría, basadas en la observación y en la corriente de la psicología sistémica], quisiera que nos detuviéramos un instante en el significado del término “conflicto”. 

Se trata de una puja de intereses, deseos, contrapuestos, alguien quiere una cosa y la otra parte otra, o puede tratarse también de opiniones diferentes. Redondeando, “un algo” que nos impide ponernos de acuerdo.

Lo cierto es que cada persona, frente a este “algo” reacciona de distintas maneras, con los pros y contras que cada una presenta.  Hasta el momento observé la existencia de 4 estilos, a saber:

Funcional:  En este caso es “ni”, la persona adopta una posición que mantiene el statu quo del conflicto. También conocido como “gatopardismo”. Cambiar algo, para que nada cambie. Es decir, aquí lo que se intenta [no creo que de manera consciente] es que el conflicto permanezca tal como está.

Evitativo: O de “eso no se habla”, roza con la negación de la situación.  Prefiere convivir con el conflicto antes que intervenir.  A veces puede éste resolverse de manera orgánica, pero en la mayoría de los casos, como casi todas las cosas que dejamos para más adelante crece tornándose en un infierno inmanejable.

Confrontador: Demasiado. De carácter impulsivo quiere resolver las cosas ya y generalmente sin la información necesaria ni el estilo de comunicación adecuado. Entonces va al choque, así, de frente, ¿el resultado? El conflicto se agiganta.

Conciliador: El estilo que todos quisiéramos tener. Hay personas que naturalmente lo tienen. Los admiro. Tienen la capacidad de tomarse el tiempo para analizar el conflicto, hacer propuestas a las partes y todo mediante un diálogo. Entonces logran pacificar y desanudar el conflicto.

Algo importante de aclarar es que todos podemos tomar cualquiera de estas posiciones en diferentes circunstancias. No son etiquetas, sino descripciones de cómo reaccionamos cuando algo no está bien.  Y también que podemos cambiar.

Creo que lo más importante es perderle el miedo al conflicto, por supuesto todos preferiríamos que las cosas fluyan, que sean sencillas… Pero ¿Y si le damos una vuelta de tuerca a lo que simbólicamente expresa un conflicto? En realidad, es una oportunidad, porque lo que vemos lo que se manifiesta es la punta del iceberg, debajo hay más y yace la verdadera raíz del asunto.

Entonces, ya no parece tan malo, si lo entendemos como una manifestación de malestar que si lo afrontamos puede ayudarnos a crecer.