Así como las personas, las empresas también poseen un estado esencial llamado: salud. Sus “signos vitales”, además de las finanzas, son los vínculos entre colaboradores, clientes y el clima laboral.
¿Por qué es tan importante mantener la buena salud de la empresa? Un estudio de Mc Kinsey sobre este tema, explica que “las empresas que pueden realizar acciones para mejorar su salud son capaces de lograr resultados sorprendentes”.
No tenemos duda de ello, ya que son las personas quienes consiguen los resultados. Lo que no termina de quedar claro es lo que hay que hacer para mejorar la salud de las organizaciones, sí creemos saber que no hacer para empeorarla.
Mc Kinsey destaca 9 factores que hacen a una organización “saludable”, los de mayor puntaje son: dirección, esto incluye tener una misión compartida, estrategia clara, e integración de todos esto con los colaboradores. Le siguen innovación y aprendizaje, una vez más resaltando compartir los conocimientos dentro de la compañía. Y la tercera en importancia es el liderazgo, la gestión de las personas, lo que incluye el apoyo y acompañamiento y deja fuera el control.
Es que un entorno sano, tanto en lo individual como en lo corporativo requiere: una dirección, claridad, capacidad de aprendizaje y por supuesto ejecución.
“¿Quieres tener una empresa saludable rápidamente?”, desafía la investigación. Detallando su experiencia: los 4 drivers en los que la compañía debe invertir. El más importante es la cultura de rendimiento de la empresa, que ellos llaman “receta”, pero en nuestra opinión quizás sea el más difícil de conseguir, porque no sólo abarca cómo se hacen las cosas sino cómo se comunican.
Luego sigue la adopción de esa “receta” eligiendo a las personas que impulsarán las nuevas formas de comportamiento, para luego desarrollar bucles que den feedback sobre los progresos. Según Mc Kinsey, estas acciones ayudarán a las empresas a orientar los recursos de acuerdo con las prioridades.
Todo esto suena muy bien, ¿no es cierto? Pero la realidad es que las organizaciones no pueden hacer todas ellas, ni tampoco hay fórmulas de saneamiento mágico. Por eso recomiendan el enfoque en un driver a la vez, una vez consolidado pasar al siguiente. Así, se logran mejores y aunque no parezca resultados sostenibles.
Como contrapartida, lo que sucede con frecuencia es que los líderes intentan replicar "mejores prácticas" externas a través de múltiples disciplinas de administración. Es común ver que “fórmulas” que resultaron en otros países se intenten aplicar en otros contextos. En opinión de Mc Kinsey este enfoque no es el más efectivo ya además de disipar los esfuerzos puede generar conflictos precisamente por las diferencias culturales.
A modo de conclusión, podemos decir que la salud de la empresa nos remite a sus orígenes, esto es a la misión, la visión compartida, en definitiva, estos son los cimientos la base sobre la que se construirá todo. Aunque las finanzas también son parte importante y suele prestárseles mucha más atención que a la cultura, convertidos en el indicador principal la salud de la organización corre serios riesgos.